- ¿Y este recibimiento? - preguntó jadeante.
Me atreví a contemplar sus ojos,
tenían un brillo especial que jamás había visto. Se iba a ir en
dos días, después de todo lo que habíamos pasado juntos tenía que
regresar a su mundo de la música. No quería separarme de él, la
angustia hizo que se me encogiera el corazón en ese momento y en
acto reflejo me abracé más a él apoyando mi mejilla sobre su
pecho.
- Te voy a echar de menos – contesté conteniendo el llanto.
Zayn besó mi coronilla y acarició mi
pelo de manera muy tierna. Después me volvió a apoyar contra la
puerta y puso su frente contra la mía, buscando mis ojos, pero yo
solo miraba al suelo. Si volvía a ver su rostro en ese estado,
empezaría a llorar por la impotencia de tener que separarnos.
- Cariño – susurró – mi niña – hizo una pausa – por favor mírame a los ojos – sacudí la cabeza ligeramente. Él puso dos dedos bajo mi barbilla y alzó mi cuello obligándome a verlo – Yo también voy a estar pensando en ti todo el tiempo – dijo con voz aterciopelada.
Sin más remedio una lágrima emergió
y cayó con lentitud. Zayn llevó la mano que tenía bajo mi barbilla
hasta la mejilla y retiró el agua con el pulgar. Volví a hundirme
en su pecho, odiaba que me viese en ese estado. Él me atrajo hacia
su cuerpo enroscando sus brazos por abajo, dejó una rastro de besos
desde el pómulo húmedo hasta el cuello. Dejándome llevar, me
incliné a un lado para darle más espacio, pero él se separó.
- ¿No íbamos al cine? – frunció el ceño.
- Cambio de planes – reproché inmediatamente – hoy quiero estar contigo, quiero tus brazos, tus besos – dije besando los huecos de su cuello y paseando mis manos por su fornido torso – te quiero a ti – musité sin pensar, aunque no era ninguna mentira.
- Vas a hacer que pierda el control – se sofocó y echó la cabeza hacia atrás.
- Yo ya perdí la cabeza – admití. Él sonrió con gracia.
Sentí sus manos bajar hasta bajo mis
nalgas, me cogió con fuerza y me aupó. Envolví su cuerpo con mis
piernas y lo besé. Lo arrimé más a mí, aquel beso se fue
intensificando. Cada vez abríamos más nuestras bocas, cada vez
necesitábamos más el uno del otro. Sin darme cuenta, Zayn nos había
llevado a mi cuarto. Se arrodilló en mi cama y con cuidado, me
tendió en el colchón. Él se desabotonó la camiseta en cuestión
de segundos, dejando ver su asombrosa musculatura. Me puse de
rodillas y me acerqué reposando mis codos sobre sus hombros y
llevando mis manos al centro de su espalda, acariciándolo con la
yema de mis dedos, haciendo recorridos de arriba a abajo. Zayn acercó
su cara a mi cuello y absorbió el perfume de piel. Poco a poco subió
y me besó por el mentón y en un rápido movimiento pasó a morderme
el lóbulo de la oreja. Por primera vez en mi vida gemí ante tal
placer. Zayn se alejó unos centímetros de mi rostro.
- ¿Estás segura de esto? - me acarició cariñosamente.
- Lo estoy – dije firme mientras tomaba sus labios.
Noté el calor de los dedos de Zayn en
mi piel al agarrar el borde de mi camiseta, alcé los brazos y la
sacó por encima, dejando a la vista el sujetador. Me observó
durante unos instantes antes de posar su boca sobre la mía una vez
más, echándome de nuevo sobre el colchón, quedando él sobre mí.
Fue bajando lentamente, posando besos en mi vientre y conduciendo sus
manos por el costado hasta llegar a mi pantalón. Entonces se
incorporó y volvió a buscar mi mirada.
- Cariño – dijo travieso – ¿tienes preservativos?
Me quedé en blanco por un momento.
Después recordé; claro que tenía. Me arrastré por la cama hasta
llegar a la mesita de noche. Cogí una caja con un envoltorio y se la
lancé a Zayn.
- ¿Con papel de regalo y todo? - rió. Me mordí el labio, aquella risa me encantaba.
- Fue un regalito sorpresa de mis amigas por mi cumpleaños – expliqué sonrojada.
- Tendremos que darles las gracias … - comentó mientras se quitaba el pantalón. Fue entonces cuando vi su gran erección - ¿estás bien? - regresé mi vista a su cara y asentí bruscamente.
Zayn se puso a mi lado y desabrochó el
botón de mis vaqueros. Los fue bajando despacio sin apartar la vista
de mi cara y rozando mi piel con sus labios. Cuando terminó de
quitármelos, los tiro a algún rincón de la habitación y regresó
a ponerse sobre mí y seguir besando mi cuello, aunque de vez en
cuando daba pequeños mordiscos. Pasé mis brazos alrededor de su
espalda y lo acerqué a mí para besarle. Su lengua se abrió paso y
jugueteó con la mía y sin percibirlo, me quitó el sostén.
Los nervios empezaron a ser más
notables en mi interior, no sabía que hacer, quería estar con él,
quería darle todo, pero tenía miedo … miedo a no gustarle, a
hacer algo mal, al dolor …
- ___, eres tan hermosa – ronroneó en mi oreja y dejó escapar su aliento sobre mi piel a la vez que recorría el cuello – te quiero.
Sentí que se me erizó el bello y un
cosquilleo en la barriga, aquellas palabras me hicieron sentir segura
de mí misma, segura de que estaba haciendo lo correcto.
- Si hay algo que te moleste... - musitó serio – si necesitas que pare, por favor, dímelo – asentí – Yo intentaré ser lo más suave posible.
- Zayn – rocé su mejilla con la mía – yo también te quiero – le sonreí. Él depositó otro beso dulce y delicado en mis labios y después se dirigió a mis senos.
Con una mano masajeó un pecho y del
otro se encargaba su boca. Haciéndome gemir una y otra vez a cada
toque de su lengua contra mi pezón, cuando lo succionaba y cuando me
mordisqueaba. Yo enredé su sedoso pelo entre mis dedos mientras Zayn
me conducía hacia el placer que nunca había sentido.
Después se levantó para desprenderse
de su última prenda de ropa, el tamaño de aquella erección era
enorme, debía incluso dolerle. Cogí la caja de preservativos y
saqué uno de los paquetitos. Él se acercó y se hincó en el suelo
para quedar a la altura de mis piernas. Colocó sus manos en mis
caderas y agarró los tirantes de las braguitas. Alcé un poco la
cadera y el pudo retirar la prenda de su sitio. Ambos quedamos
desnudos. No quería pensar en lo que él estuviese viendo, yo tan
solo veía su cuerpo esbelto y su pelo ya revuelto, estaba tan
sexy...
Se sentó a mi lado y colocó un mechón
de mi pelo detrás de la oreja al mismo tiempo que se acercaba a
besarme. Puse mis manos en su pecho y lo empujé un poco para que
esta ocasión fuera él quién quedase abajo. Besé sus pectorales,
acaricié las zonas de sus tatuajes, iba y regresaba de su cuello a
su boca, dejando también pequeñas marcas.
Agarré el envase del condón y lo
abrí, lo saqué con cuidado y miré a Zayn, sonreía. El rubor
volvió a aparecer en mis mejillas. Él pasó el dorso de su mano por
las zonas encendidas de mi cara.
- Pónmelo tú, por favor.
Dicho eso, procuré no mirarle más a
los ojos porque sentí que moriría de la vergüenza y coloqué el
preservativo en el glande de Zayn. Lo deslicé hacia abajo con las
dos manos, masajeando un poco y creando fricción. Zayn gimió, se
incorporó y me tumbó de nuevo aprisionándome entre sus brazos. Se
aproximó a mí para besar mis labios, pero también rozó su miembro
con mi feminidad, provocando que gimoteáramos ambos.
- ¿Estás lista? - me preguntó mirándome a los ojos.
- Cuando quieras – le insté.
Zayn se agachó para volver a besarme
y noté como empezó a penetrarme. Me arqueé y solté un leve
alarido. Zayn pasó uno de sus brazos bajo mi lumbar para sujetarme
mientras el otro se situó en mi nuca. Encajó su rostro en el arco
de mi cuello y entró por completo dentro de mí. Esta vez si que
grité, el dolor se entremezcló con el gozo de tenerlo en mi
interior. Mis dedos se agarraron con fuerza a sus fornidos hombros.
Zayn se retiró despacio y volvió a adentrarse. Repitió el proceso,
una, dos, tres … varias veces; cada vez que mi pelvis estaba
ensamblada por completo con la suya gemía, y él seguía moviendo
sus caderas cada vez con más fuerza. El dolor se disipó, mi boca
estaba entreabierta permitiendo que escaparan cada vez más suspiros.
Zayn buscó mis manos y entrelazó sus dedos con los míos
fuertemente, seguido de un lento y profundo beso en los labios. El
momento inició a tomar velocidad, mi cuerpo daba sacudidas, a él
también empezaron a temblarle los brazos y se le marcaban unas finas
venas.
- Mírame ____ - rogó en un suspiro.
El contacto visual hizo que me
estremeciera, sus preciosos ojos marrones atravesaron los míos
dándome la sensación de que estaba más dentro de mí, no solo en
mi cuerpo, Zayn se coló dentro de mi alma.
La agitación aumentaba por momentos,
estábamos a punto de corrernos. Una de mis manos se liberó de la de
Zayn y recorrió su brazo, su pecho, sus abdominales hasta que reposó
detrás de su cintura. No podíamos aguantar mucho más, Zayn cada
vez daba embestidas más enérgicas y continuas. Finalmente el
placer viajó por cada rincón de nuestro cuerpo. Zayn dejó salir un
gruñido de su garganta y yo chillé su nombre, el orgasmo fue
arrollador.
Zayn se dejó caer sobre mí, sentí
todo su cuerpo, su tibia respiración agitada en mi cuello y el
zarandeo de su corazón en mi pecho. Aquella sensación era
agradable, pero yo también estaba jadeante y con él encima apenas
podía respirar.
- Zayn, me ahogo – expulse las palabras sofocada.
Sentí la leve presión de sus labios
contra mi hombro y elevó la cabeza sonriente para deleitarme con
otro roce de sus labios con los míos. Se echó a un lado de la cama,
abandonando mi interior. Se puso a mi lado, sin dejar de mantener el
contacto con mi cuerpo, pasando uno de sus brazos por mis hombros,
reuniéndome en su regazo. Lo abracé, sentí que no necesitaba nada
más, sentí que podía pasar el resto de mi vida allí tirada en la
cama sintiendo su calor. Zayn besó mi frente.
- ¿Cómo estás? - preguntó en un murmullo.
- Creo... - cogí aire profundamente – que mejor que nunca – su mano deambuló por mi brazo que lo abrazaba.
Inconscientemente cerré los ojos y me
sumí en la profundidad de un sueño tranquilo y renovador.
* * *
Cuando desperté abrí los ojos
lentamente. No había nadie entre mis brazos. Me incorporé y miré
alrededor, toda la ropa seguía esparcida por el suelo y mi cuerpo
estaba cubierto por una sábana. Miré el reloj digital, eran las
seis de la tarde. Había pasado durmiendo dos horas. Me envolví en
la sábana y salí de mi dormitorio. Enseguida vi a Zayn sentado en
el sofá, de espaldas a mí, viendo la televisión. Me acerqué
sigilosamente y rodeé su cuello con un brazo colocando mi boca a la
altura de su oreja.
- Me he despertado muy solita – susurré con sensualidad.
Zayn giró la cabeza mostrando todos
sus dientes, tomó una de mis manos y me guió para que rodeara el
sofá y me pusiera enfrente de él, tan solo llevaba los boxers.
- Me levanté tan solo un momento para ir al baño y cuando regresé te habías acomodado en medio de toda la cama – rió – no quise molestarte – me atrajo hacia él y me sentó en sus piernas – te veías preciosa – sonreí y me incliné hasta quedar sobre su hombro.
- Oh Dios mío – susurré al ver su espalda, tenía varios arañazos - ¿Yo te hice eso?
- Sí, eres toda una gatita – se mofó, al instante me ruboricé.
- Lo siento – pasé un dedo por encima de una de las líneas rojas – ¿te duele? - le miré a los ojos para ver su reacción.
- Para nada – sonrió y llevó una mano a mi muslo – ¿a ti te duele algo?
A decir verdad, la entrepierna me dolía
como nunca imaginé que podría dolerme pero no le dije nada.
Simplemente negué varias veces con la cabeza. De pronto sentí un
pequeño vacío en mi estómago.
- ¿Tienes hambre? - le pregunté inocentemente.
- La verdad, verte solo con esa sábana despierta mi apetito – se mordió el labio.
- Me refería a comida de la cocina – le mordí la oreja – yo estoy hambrienta.
- Bueno, también me gusta ese tipo de comida – torció el gesto – ¿me invitas a cenar?
- Solo si me ayudas a preparar el pollo – sonreí.
- Gatita – nos puso en pie – esa oferta es imposible de rechazar – me dio un pico – ¿dónde está el pollo?
- En la nevera – me separé de él – voy a ponerme algo de ropa, no te lo comas tú solo todo, eh – le advertí y el rió.
- No tardes mucho por si acaso.
Fui a mi cuarto a ponerme ropa
interior, quería estar cómoda pero también quería resultar algo
sugerente para Zayn. Me senté en el borde la cama, haciendo una
imagen mental de lo que tenía en mi armario. Me quedé en blanco
mirando el suelo... al parpadear vi una buena opción, su camisa. La
recogí del suelo y me la puse abrochando los botones desde el
centro, cubriéndome hasta las nalgas. Me miré al espejo y cepillé
mi pelo, la gran víctima de la batalla que habíamos tenido en la
cama.
Cuando regresé a la cocina Zayn estaba
concentrado en cubrir de manteca un recipiente de cristal y ya había
aliñado el pollo.
- Parece que te manejas bien en mi cocina – sonreí. Se dio la vuelta y me examinó con los ojos bien abiertos, y al final se mordió el labio inferior con una sonrisa maliciosa.
- Y tú te manejas bien a la hora de ponerte ropa que me vuelve loco.
Avancé y me puse de puntillas frente a
él para besarle. Su boca buscó la mía con ambición. Zayn me
apretó contra él y profundizó el beso, nuestras lenguas se
encontraron y sentí que ardíamos.
- Cielo – separé nuestras bocas y posé una mano en su pecho con dificultad – deberíamos terminar de cocinar.
- Cierto – jadeó – aparquemos lo mejor para el postre … esto solo fue un aperitivo.
- Bien – le di un beso rápido – pon la comida en el horno. Yo mientras hago la salsa – dije aún con nerviosismo.
- Listo, ahora toca esperar a que termine de asarse el pollo – anuncié alegremente.
- Le queda media hora.
- ¿Qué te apetece hacer mientras tanto? - envolví su cuello sonriendo.
- Tenerte entre mis brazos – susurró – aprovechar cada instante a tu lado antes de que ...
- Ssh – puse mi índice en sus labios sabiendo que recordaría el poco tiempo que nos quedaba para estar juntos – disfrutemos esto. No pienses más en la distancia, ahora es inexistente – clavé los ojos en sus pupilas.
- Inexistente – repitió alzándome en sus brazos.
- Aah – me asusté – ¿qué demonios haces?
Ambos nos pusimos a ello y él además,
puso la mesa. Mientras yo removía la leche con sus ingredientes en
la cacerola, esperando a que espesara, Zayn me abrazaba por detrás y
reposaba su barbilla en mi hombro. Cuando la salsa quedó lista la
pasé a otro recipiente y la dejé a un lado.
El se carcajeó y se dirigió al sofá.
Cuando se sentó me dejó encima de él y encendió la tele. Me apoyé
en su pecho y él me estrujó por la cintura con un brazo mientras
con el otro dirigía su mano en movimientos ascendentes y
descendentes sobre mis piernas desnudas. Supuestamente estábamos
viendo una comedia, pero yo no hacía más que mirar su rostro y
acariciar la piel descubierta de su torso. Zayn me miraba de vez en
cuando y besaba mis labios, pero con la precaución de no dejarse
llevar y terminar de nuevo en la cama.
Al cabo de un rato el temporizador del
horno empezó a sonar, indicando que la cena ya estaba lista. Con
pesadez me levanté del sofá y fui a servir la comida. Zayn me
siguió y me ayudó; comimos tranquilamente y recogimos la mesa.
- Nos quedó delicioso – comenté cuando ya había dejado todos los platos en el lavavajillas.
- Sí – sonrió travieso – pero ahora toca el postre.
Zayn se agachó y me cogió de las
piernas apoyando mi cuerpo sobre su hombro como si fuera un saco.
- Zayn, ¡suéltame! - le di unos débiles golpes en la espalda.
- ¿Quieres estarte quieta? - me dio un cachete en el culo.
- ¡Eh! - me quejé y entonces me tiró a la cama. Me puse en el centro con las piernas cerradas mirando expectante a la figura que se mantenía de pie enfrente.
- No eres consciente de lo jodidamente sexy que se te ve con esa ropa.
- Ya … me sienta mejor que a ti – bromeé. Él soltó esa risa tan suya que amaba.
Me cogió de los pies y me arrastró
hacia él. Me puse de rodillas y el empezó a desabotonar la camisa.
Cuando la deslizó por mis brazos besó mi hombro y acarició mi
dorso. La luz de la luna se colaba por las cortinas que había en la
ventana y proporcionaba a Zayn una imagen de semi-dios marcando cada
uno de los cuadraditos que se formaban en su abdomen. Zayn enredó
sus manos con el cabello de mi nuca. Pasó a besar mi cuello y
deslizó una mano dentro de mis braguitas. Abrí los ojos por la
sorpresa, Zayn se apartó de mi cuello y me miró a la cara.
- Tranquila cielo – susurró dulcemente mientras rozaba sus dedos con mi clítoris.
- Ooh – exclamé. Zayn se agachó, bajo la prenda que le obstaculizaba la visión de mi feminidad y volvió a la altura de mis labios.
- Tumbate cariño – me ordenó. Antes de hacerle caso yo también cogí la cinta de sus boxers y los bajé. Pasé mis manos alrededor de su erección y gimió echando la cabeza atrás – Oh Dios, ___, ¿qué has hecho? - formuló esa pregunta sin respuesta por el delirio.
Se me hizo divertido verlo de aquella
manera, volví a frotar suavemente su miembro con mis manos y en un
acto desesperado agarró mis muslos para alzarme y ponerme a su
altura. Enrosqué mis piernas por su cintura y busqué sus labios con
fervor.
- Me estas volviendo loco – rugió mientras me apretaba contra la pared y empezaba a entrar en mi interior.
Eché la cabeza hacia atrás, Zayn se
apoderó de mi pezón empezando a succionar. El placer era infinito,
no podía concentrarme en ninguna parte de mi cuerpo en concreto. Las
penetraciones cada vez eran más profundas y más rápidas. Me agarré
con fuerza a sus hombros, quería sentirlo lo más cerca posible de
mi cuerpo.
Ambos sentíamos que llegaríamos al
éxtasis en poco tiempo. Justo entonces Zayn volvió a cargarme y se
sentó en la cama dejándome a mí finalizar la tarea.
Apoyándome sobre las rodillas salí y
volví a entrar profundizando y rodeando toda su longitud. Sus manos
tomaron mis muslos y repetí los movimientos ascendentes y
descendentes de mi pelvis.
Zayn llegó primero a la cima e hizo
que lo acompañara en su gozo rozando sus dedos con mi clítoris.
Reposé mi cabeza en el arco de su
cuello. Sentí sus manos en mi cintura y mientras se tumbaba me
reclinó sobre la cama. Su suave beso en los labios colmó la
sensación de felicidad.
- No te vayas – musité estrechándome con su cuerpo – quédate conmigo.
Zayn soltó un suspiro a la vez que
paseaba sus dedos por mi cintura. Sabía que esa súplica tenía
doble sentido, no quería que se fuese, quería que estuviese a mi
lado cada día cómo en esa noche.
- Te propongo otro trato – alcé el cuello para ver sus ojos – ven tú conmigo – le miré incrédula – te quiero, quiero que vengas conmigo a la gira – hizo una pausa y puso un mechón de pelo tras la oreja – si no te tengo a mi lado, no haré mas que pensar en ti y no podré centrarme en los conciertos, ni en nada que no seas tú.
Las lágrimas amenazaron con salir,
aquella situación era inimaginable. No sabía que decir, las
palabras no podían salir de mi garganta, tan solo pude abrir la boca
y dejar escapar un sollozo. Por la cara que puso, Zayn no se imaginó
en ningún momento que tendría esa reacción. Me incorporé y
coloqué la cabeza entre las rodillas intentando tranquilizarme y
aclarar mis ideas.
- Si no quieres... si... - empezó a susurrar pasándome una mano por el hombro.
- No – le corté – claro que quiero – me giré para mirar su rostro – contigo me iría hasta el fin del mundo – Zayn pasó el pulgar por la comisura de mis labios, una lágrima había llegado hasta allí – es solo que esto ha sido tan...
Zayn abrevió mis palabras en un beso
tierno pero a la vez cargado de pasión, lento e infinitamente dulce.
- Ha sido como un sueño – comenté tumbándome en la cama mirando hacia la luna que asomaba por la ventana.
- Un sueño del que no vamos a despertar – aseguró rodeándome con sus brazos por detrás.
FIN
oh:( es hermoso u_u no tienes un novela? skhsajussj me encanta tienes que escribir más -.- porfavor):
ResponderEliminarniña tarada de mierda a vos te gusta lo que escribe esta estuupida?? me dan asco seguro no tienen ni 15 años y escriben mierda son unas chotas nenas mueranse las odio yo soy hermosa y se que me envidian...CONCHUDAS DE MIERDA MUERANSE LAS ODIO PUTAS DE MIERDA
EliminarHola Hija de pu.ta es horrible lo que escribes...sabias que eres un asco escribiendo...no te hagas la escritora..no te sale..no sigas escribiendo,dañas mis ojos...beshiitoo se que me odias maldita imbe.cil perr.a chaooo
ResponderEliminarEste es uno de los imaginas mas bonitos que he leido!!!!!!!! No hagas caso de los comentarios malos tan solo tienen envidia, Lo que escribes es hermoso :'D
ResponderEliminarMe encantooo .....la envidia no permite aprovechar a los grandes artistas omo tu ......tienes que seguir escribiendo y no importa lo que digan las envidiosas , que lo unico que saben hacer es hablar basura
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